¡Como lo oyes! Es tan fácil como empezar a hablar con alguien que conozca bien el español y que sepa motivarte, sepa activar tus emociones para que te lances a intentarlo sin miedos, sin preocupaciones y sin el temor atroz que suele perserguir al principiante a cometer errores. Si se da este primer factor todo lo demás viene rodado a la hora de aprender español.
Normalmente, esta figura suele estar representada por el propio profesor de español (y, como es mi caso, aunque también soy madre de dos hijos bilingües, hablaré, sobre todo, desde este punto de vista) en la mayoría de los casos nativo, lo cual no tiene por qué ser el elemento más importante, ni el medio más fácil para aprender español. Desafortunada o afortunadamente, existen personas bilingües, de nacimiento o no, que hablan un español perfecto, y aun no siendo tan perfecto, son excelentes enseñantes de la lengua española porque saben motivar a sus estudiantes para que dentro del aula (y un día también fuera) consigan poco a poco desinhibirse, dejar a un lado la vergüenza, la timidez, el miedo y empezar a cometer errores; porque esa es una de las grandes claves, cuando el miedo a cometer errores desaparece, el estudiante habla y los comete, y al cometerlos y ser consciente de ellos y de cómo se corrigen, él mismo, solito, aprende español. ¡No es maravilloso?
Así, estudiantes, que antes no hablaban una palabra de español, que te saludaban el primer día de clase y te decían «¡Holas!»; semanas después consiguen aprender español y comunicar de manera sorprendente, tan sorprendente, que si uno mismo no fuera su profesor, difícilmente creería que esos alumnos eran totalmente principiantes cuando escogieron estudiar Lengua Española en la Universidad. Y, sin embargo, lo eran…
Personalmente, me ocurre sobre todo con los principiantes cuando veo que, gracias en parte también a mí, consiguen esos progresos, logran comunicar en un nuevo idioma, aprender español de esa manera…; en fin, me motivo tanto que se me pone la piel de gallina y llego a veces hasta llorar. Este tipo de cosas son las que me hacen apreciar, adorar, amar mi trabajo y seguir teniendo la vocación que tengo después de más de 15 años de enseñanza de español.
La figura del profesor a la hora de aprender español
Sí, flores aparte, la figura del docente a la hora de enseñar español ―y, pienso, cualquier otra disciplina― es primordial: es la figura de referencia para el estudiante, el modelo a seguir, y, por eso, tiene que ser una figura a la que, de alguna manera, admire y respete; respeto ecuánime, por supuesto, y admiración por cómo hace su trabajo y transmite sus conocimientos. En otras palabras, el estudiante tiene que sentir que está ante un buen profesional, sentirse entendido por esta figura primero, para que después el docente pueda llegar a él o a ella, lograr que se desinhiba y de alguna manera emocionarlo para, por fin, motivarlo y ¡que se suelte! ¿Cómo? Como sea, con sonrisas, con capacidad de entendimiento, con bromas si hace falta, ayudándonos de un idioma tercero cuando sea necesario. Sin explicaciones, sin reglas gramaticales, sin listas de vocabularios y sin libros… todo eso ya vendrá después.
Sin embargo, no demos gato por liebre, no es fácil; sobre todo en espacios como el de la Universidad, donde hay clases con multitud de estudiantes a los cuales, si bien están deseando aprender, les resulta difícil, incluso contando con la ayuda de un buen profesor que los motive, ya que el tiempo para interactuar con él es realmente reducido (uno de los motivos por los que hoy estoy también aquí…). Ahí es cuando tienen que poner mucho de su parte, y trabajar en parejas y en grupos, y ser creativos e inventar o preguntar al compañero, pero, eso sí, intervenir, porque intervenir se traducirá en aprender español. ¿Y el docente? Pues el docente tiene que seguir motivándoles, circulando por el aula, resolviendo sus dudas, interviniendo con cada uno de los grupos, para al final, con una sonrisa siempre en la cara, preguntarles a algunos de ellos, sin presión y con ayuda. Y no, no somos payasitos (bueno, un poquito yo sí lo soy); somos enseñantes motivadores, ni más ni menos.
¿Y si no tengo profesor/a de español?
Pues no te rindes, lo buscas. Como te decía antes, y he escrito en otros artículos, hablar con nativos ayuda y mucho a la hora de aprender español sin necesidad de contar con esa figura que podemor suplir con otros medios: sumergirte en su cultura, irte a un país de habla hispana, escuchar música en español, ver películas en español, incluso hablar solo en español; hacer uso de todos los medios que hoy tenemos a nuestro alcance para aprender español y miles de cosas (las redes sociales, las páginas webs); y emocionarnos cuando hablemos este idioma, con o sin errores, porque comunicar en otro idioma es empezar a formar parte de su cultura, y conocer otra cultura y adentrate en ella es abrir tu mentalidad y enriqucerte mentalmente con ello. Pero de los beneficios de aprender español hablaremos posiblemente en otro artículo.
Hoy os dejo con esto, con las nuevas expresiones y palabras que espero hayáis aprendido, con los usos gramaticales que más os hayan gustado y todo lo demás. Pero si aún os habéis quedado con ganas de más, os espero en mi próximo artículo muy pronto. Hasta entonces, queridos estudiantitos de epañol, os invito a echarle un vistazo a mis otras entradas y a toda mi pagina en general esperando que os guste. ¡Un abrazo!
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