Ese monstruo que asusta a todos los alumnos de español en sus peores pesadillas, en las películas de terror más despiadadas, en los callejones más oscuros y tenebrosos… ¡Sí, él! Hoy os voy a hablar del modo subjuntivo, el monstruo que os acecha cuando empezáis a estudiar español y que no logra desaparecer hasta que conseguís dominar a vuestro gusto el idioma.
¡Cuidado, no debemos levantar la voz: el subjuntivo se acerca! ?
Bien, vamos a dejarnos de bromitas y hablar de cosas serias, porque cuando se habla de subjuntivo, no sé por qué extraña razón, resulta que hay que ponerse muy serio. ¡Pero anda ya! ¿Qué tontería es esta! El modo subjuntivo no es más que otra parte de la gramática española, como muchas otras, lo que sucede es que es tan grande (casi 100 páginas en la Nueva Gramática de la RAE) que cometéis más errores en este ámbito, pero es algo proporcional, ni más ni menos. Así que hay que dejar de obsesionarse con el subjuntivo. ¡Es más! Lo que hay que hacer es hablar mucho en español, leer y escribir también, cometer errores y corregirlos, y poco a poco, sin darnos cuenta, el monstruo «subjuntivo» irá tomando otra forma en nuestros cerebrito y acabaremos jugando con él sin miedo y con mucha más habilidad, porque ya no será un monstruo, sino, simplemente, un peluche con cara fea: tiempo al tiempo.
Una vez asumido esto, estáis (espero) algo más tranquilitos; pues bien, ahora sí que os puedo aconsejar un librito para repasar el subjuntivo, ahora que ya no lo veis como un monstruo, ahora que lo vais a estudiar sin agobios, ahora que no os vais a tirar de los pelos al cometer un error en un ejercicio… Existe un libro de Edelsa que contiene, prácticamente, toda la gramática del subjuntivo, explicada de manera sencilla a la vez que clara, con muchos ejercicios (algunos más útiles que otros, pero en general muy prácticos) y muy manejable, o sea, pequeño y finito —así, lo podéis llevar con vosotros para siempre (sé que alguno lo hará)—. No contiene las soluciones, pero podéis comprarlas aparte:
Pero, como os decía, es un libro y lo que hay que hacer es ponerlo en práctica; o sea, lanzarse a hablar por los codos usando sus reglas en contextos en las que puedan ser apropiadas (eso siempre: la lengua en contexto, porque es ahí donde adquiere su significado y donde se hacen las elecciones de uno u otro modo, uno u otro tiempo, una u otra preposición, etc.). Y no hay más. Que seguís cometiendo errores después de dos años aprendiendo el español, pues lo asumís y seguís hablando, porque si realmente vuestra obsesión es tan grande como para derribar al monstruo totalmente, al final lo conseguiréis. Yo no me obsesiono tanto en italiano, cometo errores, pero me dicen que hablo genial y soy feliz, ¡ja, ja, ja! Os invito a afrontar la lengua de esta manera, porque es la única de disfrutarla. Y con este objetivo os voy a enseñar el subjuntivo a mi manera:
Cierto es que el subjuntivo forma parte del español…
Bueno, ¿qué!, ¿os he ayudado a cambiar de idea un poquito?, ¿se os ha ido un poco el miedo? Pues, sabed que este artículo ha sido escrito sin un mínimo verbo en subjuntivo: «¡Noooo!, ¿de verdad?». Pues sí, así es, volved a leerlo y comprobadlo. Os daréis cuenta de que, si vuestra obsesión es no cometer errores, la lengua se puede reformular, parafrasear, y el pensamiento expresar de mil maneras, sin, ¡ya ves tú!, tener que recurrir al subjuntivo sí o sí. Es un artículo que no parece forzado, suena totalmente natural, suena a español, ¿o no es así? Pues se acabó el miedo al monstruo, en este sueño ya no está.
Ahora bien, no os voy a engañar, el modo subjuntivo forma parte de nuestro sistema verbal y como tal hay veces, muchas, en las que tenemos o, mejor, optamos por usarlo. Si lo que queréis es hacerlo, genial, es totalmente natural en español usar el subjuntivo, eso sí, sin miedos: si os equivocáis, no importa. Y no importa por dos motivos: el principal es que os van a seguir entendiendo por el contexto, lo único que notarán que sois extranjeros, como con el acento, la pinta de guiri, el comportamiento y muchas cosas más —¡Qué horror, no hay nada más exótico!—. La segunda razón a la que aludía es que del error se aprende y que cuantas más veces erráis, más veces os corrigen y más aprendéis. Y conforme se avanza en el aprendizaje de una lengua, se van dominando todos los aspectos de esta. Es decir: al final si perseveráis, conseguiréis usar el subjuntivo mejor que un hispanohablante (que es lo que sucede muchas veces cuando un estudiante extranjero se ha empollado tanto la gramática; al final, le entran ganas de corregir al hablante nativo —yo me he atrevido alguna vez en Inglaterra…—).
Y hasta aquí el artículo de hoy. Subjuntivo no habéis aprendido mucho, hoy no era esa mi intención (podéis hacerlo con la Nueva gramática o con el libro de Edelsa); pero un poco de terror si que tenéis que haberlo perdido ya. Lo que seguro habéis aprendido es que se puede hablar/escribir sin subjuntivo y esta es la prueba de que de nada sirve obsesionarse. No obstante, si seguís queriendo tener un uso del subjuntivo perfecto y después de intentos e intentos no lo conseguís, a vuestra disposición están mis clases de español, así que basta ya de tanta queja, je, je. Espero también haberos enseñado, como siempre, vocablos y expresiones nuevas. Me despido hasta el próximo artículo y… ¡a soñar con los angelitos!
Por cierto, el monstruo de la cabecera es de una foto del libro La mia prima enciclopedia dei dinosauri, Doremi, Edicart, 2017. No solo los niños tienen imaginación y monstruos en la cabeza…
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